"En 1925, al encontrarse casualmente en una calle de Ginebra, el diplomático uruguayo Enrique Buero y Jules Rimet trazaron impensadamente las bases de la realización del primer campeonato mundial. Rimet fue quien más bregó para que se realizara la magna competencia.
El dirigente francés dedujo a través de la conversación que la Asociación Uruguaya de Fútbol aceptaria su organización y afrontaría el gran honor, pero también el serio riesgo de hacer frente a la reglamentación económica de la competencia, que obligaba al país organizador a correr con los gastos de traslado y alojamiento de todas las delegaciones participantes.
La reiteración del triunfo uruguayo en los Juegos Olímpicos de 1928, en Amsterdam, además de refirmar una capacidad futbolítica, pareció consolidar un derecho y acentuar la simpatía que el país, a través de sus notables futbolistas, había suscitado".
Panorámica del Parque Centenario (Montevideo), cuando el Estadio comenzaba a construírse
(www.la-razon.com)
El estadio Centenario en 1930 (dhargaurav.blogspot.com.ar)
"La casi unánime aceptación de la sede charrúa sufrió un brusco cambio poco después, y en el Congreso de Budapest en 1930 se cuestionó el lugar designado, al que se calificó de inaccesible. Así fue como solo cuatro naciones europeas decidieron enviar a sus jugadores, y dos de ellas luego de superar dificultades que parecían insalvables.
La Asociación Francesa había desistido de participar y fue preciso que Jules Rimet realizara activas gestiones para obtener el consentimiento de los jugadores y de las autoridades de los clubes para que Francia estuviera representada con un plantel competitivo.
También fue preciso que el rey Carol de Rumania intercediera ante el director de la compañía en la que estaban empleados los jugadores y, al fin, el permiso fue acordado".
(1) y (2) AAVV: Historia del Fútbol Argentino - Diario La Nación - Buenos Aires - 1994
3.
"(Las selecciones intervinientes) pudieron ser más, pero Inglaterra, Checoslovaquia, Austria, Holanda, Hungría, España e Italia quedaron al margen por propia voluntad, en un boicot europeo hacia los organizadores del certamen. Sin embargo es un acto de justicia la designación de Uruguay como sede: su fútbol había dominado en las Olimpíadas de 1924 y 1928. Cuatro selecciones europeas se apartan del boicot y compiten en Montevideo: son Rumania, Bélgica, Francia y Yugoslavia".
(3) AAVV: El Mundial de 1930 - Libro del Fútbol - Editorial Abril - Buenos Aires - 1974
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