viernes, 17 de enero de 2014

Testimonios -1966- (II)



Alf Ramsey (1920-1999) en su casa en Ipswich (El Gráfico)


"Por su gran capacidad defensiva, 
Argentina era un cuadro muy difícil de batir"
Por  Sir Alf Ramsey
Ex-jugador de la selección inglesa y director técnico de la misma desde 1963 a 1974
(Fragmentos de un reportaje de Juvenal -Julio César Pasquato- para El Gráfico y el Mundial número 8, 1977)



"En 1964 Inglaterra participó en la Copa de las Naciones en Brasil, juntamente con los dueños de casa, Portugal y Argentina. Fue el torneo que ganó Argentina sin conceder un solo gol en contra y en el que nosotros no conseguimos un solo triunfo, recibiendo cinco goles en un solo encuentro, ante Brasil.
Esa Copa, negativa en resultados, tuvo influencias positivas para el futuro del equipo nacional. Ahí comprobé cúales eran nuestros defectos, tanto individuales como colectivos, saqué conclusiones muy útiles y para los jugadores que iban a quedar en el plantel esos resultados los ayudaron a templar el carácter. Para mí, lo más importante que tiene un equipo es justamente eso: el carácter de quienes lo integran.
No es cierto,como se ha dicho algunas veces, que basé mi nuevo estilo en las tácticas utilizadas por los argentinos durante la Copa de las Naciones. Argentina llegaba a jugar con cinco hombres en el centro del terreno, pero su objetivo era, fundamentalmente, no perder, en tanto que el mío era ganar, única forma de hacer realidad mi profesía sobre la conquista de la Copa de 1966 por Inglaterra.
Pero coincidía con los argentinos en la necesidad de ganar la posesión de la media cancha y crear espacios libres en las cercanías del área penal adversaria, replegando hombres de ataque al medio juego, si así fuera necesario.

Otra de mis preocupaciones fue la forma de reconquistar la posesión de la pelota una vez que la habíamos perdido. Esta era la faz defensiva del juego, pero mi intención era convertir esa lucha en el primer eslabón de nuestro fútbol ofensivo.
Los defensores ingleses no estaban habituados a jugar con un hombre a retaguardia del resto, cubriéndolos a todos, en el rol que nosotros llamamos 'sweeper' y los italianos denominan 'batidore líbero'. En cambio, necesitábamos un hombre libre delante de la última ´linea defensiva, capaz de combatir y ganar la pelota, para pasar inmediatamente al ataque.
La elección recayó en un jugador muy discutido, no solo por la prensa inglesa sino también por los ingleses, pero que probó ser uno de los hombres fundamentales de la victoria: Nobby Stiles. Para mí fue tan valioso que l encomendé misiones muy difíciles en partidos decisivos para la chance de Inglaterra en la Copa del Mundo y siempre las cumplió al pie de la letra. Tales, las de anular al peligroso Eusebio en el encuentro semifinal contra Portugal y a Ermindo Onega, verdadero creador de juego del equipo argentino.


 
 Estatua de Ramsey ubicada en Ipswich Town Football Club (izq) 
y el técnico en épocas más recientes (Imágenes de Wikipedia)


Antes y durante la Copa estuve repitiendo lo mismo: 'Inglaterra será campeón del mundo'. Pero recién estuve seguro de que ese vaticinio se iba a convertir en realidad después de vencer a la selección de Argentina.
Fue, sin duda, el rival más duro que tuvimos. Por su gran capacidad defensiva era un cuadro muy difícil de batir. Y cuando conseguía la posesión de la pelota en el medio juego, sabía conservarla, enfriando el juego y desconcertando al adversario por la forma en que sabía quitarle ritmo al partido. A pesar de jugar buena parte del encuentro con solo diez jugadores, los argentinos nos crearon complicaciones muy grandes y solo respiré cuando Geoffrey Hurst consiguió cabecear hacia la red el centro de Martin Peters.
Ese gol me quitó dos pesos de encima: doblegar a un rival que parecía imbatible y justificar mi decisión de incluir a Hurst en vez de Jimmy Greaves. Jimmy había salido del equipo por lesión, contra Francia, y no incluirlo era dejar fuera del equipo al goleador máximo del fútbol inglés. Pero, afortunadamente, Geoffrey Hurst me dio la razón en ese encuentro y también en la final.

Después del encuentro contra Argentina dije una de esas cosas que uno tarda segundos en decir y luego se arrepiente de haberlas dicho durante varios años. Fue cuando expresé que 'los argentinos estaban actuando como animales', porque los veía discutir entre ellos, pelear contra el árbitro y actuar con una sobreexcitación que no puedo entender en un jugador una vez que el partido terminó. De todos modos, estuve mal al decirlo y esa frase me persiguió durante mucho tiempo. Afortunadamente, a mediados de este año tuve la oportunidad de estrechar la  mano de Antonio Ubaldo Rattín, capitán de aquel equipo argentino y expresarle mi respeto y mi admiración por él y sus campañeros. Estoy seguro de que Rattín ha olvidado aquello que dije en caliente y que no traducía, en realidad, la forma en que respetábamos a Argentina, a tal punto que recién después de ese resultado nos sentimos realmente seguros de ganar la Copa. Mis jugadores y yo no hubiéramos querido tener enfrente a los argentinos en la final del torneo."











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